24/08/2013: Bosnia y Herzegovina y Croacia
Como de costumbre, me desperté sobre las 7 y pico de la manana y entre que recogí, desayuné y demás salía por la puerta a las 9. Paré a los 4 o 5km del camping para hacer unas fotos de la catarata que hay en el pueblo, Jajce, y tras ello seguí las indicaciones que me había dado el chico del camping, que creo que tenía buena intención pero pocas nociones de geografía, porque me indicó que para ir a Plitvice Jezera (Croacia) debía ir primero a Banja Luka y de ahí cruzar la frontera.
La vuelta supuso hacer el doble de km puesto que en vez de ir al oeste me fui hacia el norte, pero la verdad es que como ya es habitual, perderse vale la pena… La carretera era ancha, con el asfalto en relativo buen estado, muy poco tráfico y unos paisajes muy bonitos, andando muchos km en paralelo al río, con ese color turquesa tan habitual en los Balcanes.
Finalmente, crucé la frontera con Croacia, trámite que me temía muy pesado como cuando crucé de Montenegro a Croacia y todo lo contrario, cola de 1 minuto y 15 segundos de pasaporte, ni documentación de la moto ni nada más…
En cuanto crucé la frontera sólo debí recorrer 20km para llegar al parque nacional de Plitvice Jezera. Llegué a eso de las 15h y no había comido nada, así que lo primero que hice fue devorar un plato de longanizas locales muy buenas.
Por cierto, el parking del parque se paga, pero las motos entran gratis, me enteré porque el tipo de la barrera me hizo senas de que pasara a la vez que decía âoGratz, freeâ?.
Tras la rápida comida compré la entrada al parque, que vale 110 kunas para un día. Esto da derecho a coger los trenecitos (Que son Unimogs camuflados) que hacen el recorrido entre las 3 âoStationsâ? que hay en el parque, los barquitos y demás.
Yo tomé el trenecito para ir del Station 2 al Station 1, de ahí caminé un par de horas y cogí el barco que va de punta a punta del lago más grande, y luego proseguí la caminata durante 2h más.
Acabé un tanto cansado, pero lo cierto es que tenía unas ganas locas de bajarme de la moto y hacer cualquier otra cosa que no significara estar sentado.
Sobre las 8 de la tarde y con el sol poniéndose llegué a la moto y conduje los últimos 20km para llegar al camping. Tras montar la tienda y cenar con una pareja de catalanes âofurgoneterosâ? que muy amablemente me invitaron, cosa que agradecí porque así no tuve ni que moverme, puse una lavadora ya que no me quedaba nada de ropa limpia. Además de hacer fresco, unos 14ÂoC, estaba cayendo un relente importante, así que me las ingenié para colocar una cuerda en uno de los comerdores cubiertos del camping. No había ni un solo gancho ni nada donde fijar la cuerda, pero pude apanarlo con un par de piquetas de la tienda aprovechando unas grietas de la pared. Menos mal que lo hice porque durante la noche llovió bastante, por lo que aunque no se me secó la ropa del todo, por lo menos no estaba empapada… Mi idea era emplear la técnica que ya había ensayado con anterioridad, consistente en doblar la ropa húmeda y guardarla en una bolsa de tela que posteriorme fijaría al topcase para que se secara con el aire y el sol. Qué ingenuo fuí…