27/08/2013: Venecia y Bolonia

Me desperté pronto como siempre, había dormido la mar de bien, me duché y ordené toda la ropa y trastos de las maletas. Cargué la moto a eso de las 9 y pico salía de Postojna. Mi destino era Italia, ya que me quedaba poco para coger el ferry de vuelta y no quería pegarme el palizón a conducir el día antes. Aunque ya había estado y no me interesaba especialmente, decidí, ya que pasaba por delante, visitar Venecia.

Debo decir que en Italia las autovías son de pago, y bastante caras por cierto… Así que me dirigí por carreteras nacionales hacia Venecia. Estas carreteras son bastante cansadas, atraviesan muchos pueblos y cada vez que pillas un camión o un tractor cuesta mucho adelantar. Pero como dicen por mi tierra, â€ola pela es la pelaâ€?, así que por fin llegué a Venecia.

No recordaba que lo tienen montado de forma que es imposible dejar la moto en ningún sitio y por narices hay que pagar… Los pocos aparcamientos que hay lo saben y por supuesto se aprovechan de ello. Empezaba a estar un poco cansado de los italianos y su afán recaudatorio…

Tras dejar la moto en un aparcamiento me fui paseando por las callejuelas y canales hasta la Piazza San Marco y los demás lugares emblemáticos de Venecia. Aunque la ciudad está bien, terminé bastante agobiado por tanto turista, y es que llevaba demasiados días â€oaisladoâ€? de la civilización y los rebanos de turistas…

Tras comer algo rápido por ahí refresé al aparcamiento a paso más que rápido, no soportaba estar ahí ni un minuto más… Esto es un fenómeno que llevo tiempo observando, cada vez soporto menos las grandes aglomeraciones de gente, especialmente los rebanos de turistas…

Aunque había visto un par de campings antes de entrar a Venecia, era muy temprano y pensé en adelantar un poco más y dormir algo más cerca de Civitavecchia.

De nuevo por nacionales y esquivando coches lentos, camiones y tractores, avancé sin encontrar ningún camping. Llegué a Ferrara y nada, así que continué hacia Bolonia.

Llevaba rato viendo unos nubarrones negros la mar de imponentes, y por supuesto, empezó a llover.

En un momento empezaron a caer unas gotas gigantescas, que dolían como si fuera granizo, así que en cuanto tuve ocasión me refugié en una gasolinera. Creo que Murphy esta vez se apiadó de mi porque nada más parar la moto y quitarme el casco empezó una intensísima tormenta y un ventaval huracanado que mojó absolutamente todo lo que había bajo la marquesina de la gasolinera y arrastró y tumbó los carteles de ésta pese a tener pies de hormigón…

Estuve ahí cobijándome como pude contra la puerta (Porque la gasolinera estaba cerrada) durante más de media hora hasta que por fin la lluvia cesó y brilló algún tímido rayo de sol.

En 15km estuve en Bolonia y por fin vi una senal de camping, que seguí hasta encontrar. El camping estaba bien pero como todo en Italia era bastante caro, 17.5€ y 4€ más por poner una lavadora… Anoraba Bosnia y Herzegovina donde por 4 o 5€ pasaba la noche y la lavadora era gratis…

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