27/08/2014: El lago Ohrid
Nos despertamos con una manana muy soleada. Sin mucha prisa recogimos los trastos, nos duchamos y fuimos a desayunar a una cafetería cercana al hostel que habíamos visto la noche anterior.
Nos lo tomamos con mucha calma en el desayuno y salimos sin ninguna prisa. Emprendimos un ascenso por una carretera un tanto rota y al cabo de unos 25km llegamos a la frontera con Macedonia, penúltimo país del viaje.
Los trámites en la frontera fueron rápidos y pudimos cambiar moneda en una tiendecita que había justo después de la frontera.
La carretera de bajada era estrecha pero con buen asfalto, aunque aún tuvimos que aguantar a Álvaro un buen rato protestando…
Teníamos por delante unos 300km bastante aburridos puesto que habíamos decidido ir sin prisa pero sin pausa (Gasolina y Coca-Colas aparte) hasta nuestro destino, Kalista, concretamente al Camping Rino, donde ya me alojé el ano pasado y del que guardaba un excelente recuerdo.
El tramo hasta la altura de la capital macedonia fue bastante pesado, únicamente paramos a repostar o tomar algo.
Yo recordaba un puerto de montana muy divertido del ano anterior cuando hice ese mismo recorrido a la inversa y donde me picó una abeja. Cuando por fin llegamos Álvaro y Ricardo pasaron delante quedándonos Noelia y yo por detrás. No iba nada cómodo con los rodamientos de dirección tocados…
Al rato vimos a Ricardo viniendo en dirección contraria y de inmediato supimos lo que había pasado… Ansioso como estaba de curvas, ni corto ni perezoso se había dado la vuelta para hacer el puerto dos veces!
El cabreo de Noelia era monumental y de hecho no me dejó esperar sino que continuamos a nuestro ritmo durante muchos km hasta que finalmente Ricardo apareció por detrás. No se les puede dejar solos, se crecen y…
Por fin llegamos al Camping Rino, en la localidad de Struga (?!NNNf?3?° en macedonio), un poco tarde para comer pero no nos importó, sabíamos que ya teníamos 24h de relax por delante. El dueno, Perparim, se acordaba de mi del ano anterior y como siempre, nos acogió afectuosamente ofreciéndonos licor y café, todo cortesía de la casa.
El camping tiene su propio trocito de playa del lago Ohrid, que resulta ser uno de los 3 lagos más antiguos del planeta.
En una de las mesas que hay mirando al lago comimos la deliciosa comida que Perparim prepara, regándolo, como no, con la genial cerveza Skopsko (?!?o?3??N?o?3).
Aprovechamos también para preguntar si podíamos lavar ropa y le dimos a Perparim toda nuestra ropa, quedándonos con poco más que el banador puesto.
El día transcurrió entre banos, sol, cervecitas y risas, estábamos en la gloria tras tantos días de moto.