Etapa 1: Rumbo a los Pirineos

Salimos a eso de las 9:45 de casa y nuestro primer punto de paso era la gasolinera ya que la moto estaba casi en reserva. Tras llenar el depósito hasta la boca (Hay que aprovechar las low-cost) empezaba el viaje.

La primera media hora larga era mero trámite, carretera convencional hasta llegar a Solsona. Ahora sí podíamos decir que empezábamos. Primer punto de paso, el pantano de la Llosa del Cavall. Había pasado en muchas ocasiones con el coche y tenía ganas de hacerlo en moto, pero está a esa distancia de casa en que queda un poco demasiado lejos como para ir durante una salida «normal».

Hacía un día soleado, temperatura alrededor de 20ºC y disfrutamos tanto la carretera como las vistas del pantano, con sus aguas color verde claro.

Llegados a Sant Llorenç de Morunys tomamos la carretera hacia Tuixent, aquí ya solos completamente. Hicimos una pequeña parada en el Coll de Port, donde nos hubiera apetecido tomar un cafetito si es que el refugio hubiera estado abierto…

Tras estirarnos un poco proseguimos ruta hasta La Seu d’Urgell y paramos a comer en Adrall, al pie de la N-260 que nos llevaría hasta Sort, el famoso pueblo de la lotería.

Tras atravesar Sort, a la altura de Llavorsí paramos porque hacía calor y el río se veía tan apetecible… Agua cristalina y lecho de piedras. Dicho y hecho, bajamos al río y un servidor se metió en calzoncillos al menos hasta las rodillas, el agua estaba muy fría pero refrescar los pies se agradeció.

Tras vestirme y proseguir, al salir noté algo raro, la dirección iba rara, flotaba. Paré a los pocos metros para revisar la rueda delantera. Perfecta. Sin embargo la trasera estaba muy deshinchada. Tras una rápida inspección encontramos un trozo de rama incrustado en mitad de la banda de rodadura. Además parece que el neumático ha cogido mucha temperatura porque está literalmente «rebozado» de piedrecitas pegadas en la goma.

Recordamos entonces que al poco de salir después de comer hemos pisado algo que ha sonado a neumático, como cuando pillas una piedra que sale despedida y suena a «globo». Desde eso hemos rodado bastante, rápidos y curveando y no hemos notado nada, probablemente el neumático se ha recalentado pero parar a mojarse ha sido bueno ya que hemos dejado que se enfriara y además perdiera suficiente aire para darnos cuenta.

Tenemos un problema… Es sábado tarde, estamos ya alejados de La Seu d’Urgell o incluso de Andorra, donde a malas hubieramos podido ir ya que los talleres trabajan hasta tarde y también domingos y si perdemos la etapa estamos apañados ya que hemos encajado toda la ruta, tenemos todas las reservas hechas y no podemos salirnos del planning o nos descuadraría todo…

En ese momento me acuerdo del compresor de aire portátil que no he comprado (En el momento de escribir estas líneas lo tengo delante) y del kit de gusanos de reparación de neumáticos que esta vez no he cogido.

Llamamos a la asistencia de Axa (Por primera vez desde que tengo moto) y me sorprende para bien ver que utilizan un sistema mediante una web que toma tu ubicación, con lo cual resulta mucho más sencillo para el gruista saber dónde te encuentras. Como vamos dos nos mandarán una grúa y un taxi. La primera idea es que nos lleven la moto pinchada a una gasolinera cercana al hotel de destino y rezar para que en la gasolinera al día siguiente tengan kit de reparación de gusanos y pueda arreglar la rueda.

Por desgracia el hombre de la grúa no me llama antes de venir para consultarle si tiene gusanos, pero la buena noticia es que tiene un taller en Sort y podemos tratar de arreglar la rueda.

Subimos la moto a la grúa, nosotros al taxi y volvemos atrás a Sort, donde con unos alicates sacamos el pedazo de rama de aproximadamente 1cm de diámetro y 3cm buenos de largo. El gusano entra sin mayor complicación y tapona el pinchazo.

Aunque con retraso, salimos en dirección a Vielha con la moto operativa, aunque me preocupa un poco el neumático trasero, si bien no estaba nuevo al salir, ahora parece más desgastado de lo que se veía en casa, lo achaco a que con el calentón que se ha llevado se ha degradado más rápido de lo normal.

En cualquier caso, volvemos a pasar por la zona donde nos recogió la grúa y proseguimos hacia el Port de la Bonaigua, que tampoco había hecho nunca en moto. No es un puerto como para hacerlo muy rápido, el estado del asfalto es regulero, hay tramos que el agua de la ladera pasa cruzando el asfalto y además las vistas son muy chulas como para perdérselas por ir rápido.

Nos toca ponernos un jersey bajo la chaqueta, ha bajado el sol y el viento es fresco. Finalmente llegamos al hotel sobre las 20h, no excesivamente tarde para el contratiempo que hemos tenido y sobretodo, sin haber perdido la etapa.

Tras acomodarnos y cambiarnos, salimos a pasear por Vielha y a cenar, mañana veremos el Aneto, entre otros.

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