23/08/2013: Bosnia y Herzegovina

Como de costumbre, me desperté a eso de las 6 de la manana, miré la hora y dormí hasta las 8. Me duché, recogí los trastos y antes de irme pregunté para desayunar. Me dijeron que tenían un grupo de italianos y que debía esperar. Como iba siendo habitual, salí sin haber desayunado, me dirigía a Mostar, que se encuenta a unos 20km, por lo que decidí desayunar ahí.

Cuando llegué a Mostar tiré a ojo hacia la parte vieja, llegando a una calle donde no pude avanzar más. Aparqué en un hueco y caminé y a los 20 o 30m, bingo! El Stari Most (Puente viejo). Si llego querer hacerlo adrede no me sale tan bien, seguro…

Me senté en la terraza de un pequeno bar donde tomé un café con leche. La camarera era muy simpática y además sabía hablar un poco de castellano.

Tras el rápido desayuno crucé el Stari Most sin dejar de recordar las imágenes de los bombardeos que mandaron el original Stari Most al fondo del río. Compré unas postales para mandar a la familia y apoyado en un murete de una mezquita cercana las escribí. Paseé un rato por la ciudad vieja, toda empedrada, y volví al lugar donde aparqué la moto. Por si las moscas, había guardado un waypoint de la posición, por si no la encontraba jejeje

Salí de Mostar en dirección a Sarajevo, separadas unos 120km. Los primeros 50 o 60km resultaron de lo más interesantes, yendo todo el rato en paralelo al río Neretva. Más adelante, a la altura de Djevor, el río se ensancha y pude observar un par de helicópteros militares con cestas de agua amerizar y un enorme hidroavión que me sobrevoló muy muy bajo.

Sarajevo apareció ante mi enorme, caótica en cuanto al tráfico y muy muy calurosa… Parado en un semáforo observé edificios en estado ruinoso y con las fachadas acribilladas a balazos junto a nuevos edificios modernos llenos de cristal, un contraste bastante curioso…

Di un par de vueltas alrededor de la ciudad vieja sin saber dónde aparcar. Divisé un montón de motos aparcadas y estacioné al lado. Mientras dejaba los trastos apareció un hombre que dijo ser el propietario del parking (Estaba en la calle!) pero no había problema en aparcar mi moto ahí. Ni me pidió dinero ni se lo di… Tras eso me adentré en las callejuelas llenas de puestecitos de comida, obsequios y artesanía. Comí un riquísimo bocadillo hecho a la plancha en un puestecito.

Tras el paseo de rigor decidí salir de Sarajevo no sin antes pasar por el â€oTunel of Lifeâ€?, un pequeno museo con un tramo del túnel que el ejército bosnio construyó para comunicar la ciudad de Sarajevo, asediada por los serbios, con los territorios del otro lado del aeropuerto, que entonces eran controlados por Naciones Unidas.

Qué casualidad que el desvío que debía tomar (Un giro a la izquierda desde la carretera Sarajevo-Trnovo), estaba cerrado por obras, lo que me obligó a hacer un cambio de sentido más adelante y a tragarme un atasco monumental de los coches y camiones que iban dirección al aeropuerto. Tras lograr zafarme entre los coches, cosa nada fácil con el pedazo de atasco que había y con maletas puestas, llegué al túnel de marras y estaba cerrado… Cierran a las 16h, por si alguna vez pensáis en ir a visitarlo, hacedlo antes que yo…

Salí de Sarajevo hacia mi siguiente destino, la ciudad de Travnik, que visité brevemente no sin antes meterme por sus empinadísimas calles con la moto para terminar teniendo que dar la vuelta como pude sin caerme…

Después de Travnik el GPS vuelve a hacer de las suyas y el trayecto que debía ser de apenas 45km se convierte en el doble. No obstante la liada mereció la pena puesto que me hizo tomar una pista de unos 20km de largo por el bosque en la que además de ir fresquito, me divertí de lo lindo… La pista desembocó en una carretera de montana que llevaba a una estación de ski, lo cierto es que para ser agosto en ese momento la temperatura estaba alrededor de los 10ÂoC, por lo que tuve que parar a ponerme la chaqueta del impermeable por encima a modo de cortaviento.

Finalmente llegué a Jajce cuando oscurecía, monté la tienda y cené en el mismo camping un delicioso y gigantesco cevapi acompanado de un par de cervezas de Sarajevo. No sé si lo he dicho ya, pero en Bosnia y Herzegovina los campings son harto baratos, este costó 10KM (5€) y el del día anterior costó 4€. La cena consistente en el cevapi, dos cervezas y un te fueron unos escandalosos 11MK (5.5€).

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22/08/2013: Dubrovnik y Bosnia y Herzegovina

Me levanté a las 8, parece una costumbre, sin despertador ni nada… Me duché. recogí los bártulos de la habitación, desayuné y los cargué en la moto. A las 9 en punto estaba saliendo por la puerta. Mi destino, el cercano Dubrovnik (Croacia).

A los pocos km de salir de Kotor, el GPS me ordena girar a la izquierda y por un momento creo que se ha equivocado pues me manda directamente al agua. No se había equivocado, debía tomar un pequeno ferry que actúa a modo de puente para atravesar el fiordo. Cuando llegué se estaba yendo uno y ya llegaba otro. Pagué los 2€ que costaba y embarqué. Apenas tuve tiempo a quitarme el casco, los guantes y hacer un par de fotos desde el agua cuando tuve que volver a vestirme porque ya llegábamos. Y es que por 2€ no se podía pedir más jejejeje

Proseguí la carretera y a al cabo de unos 20km llegué a la frontera con Croacia. Había mucha cola, me salté bastante parte metiéndome por el carril contrario (Tras conducir por Albania ya nada me asusta) y cuando no tuve más remedio me incorporé a la cola, que pese a haber 4 carriles habilitados, iba lentísima. Mientras estaba en la cola y habiéndome desprendido del casco, la chaqueta y los guantes, abrieron dos carriles más, pero no pareció servir de mucho… Tras aproximadamente una hora de cola, me tocó el turno y no tardé ni 30 segundos en pasar.

Tengo la sensación de que la cola se debía a la tensión que aún 20 anos más tarde hay entre los antiguos miembros de la ex-Yugoslavia. Vi a los policías croatas regodearse por estar haciendo sacar todo el equipaje a un coche serbio, por ejemplo.

Tras beberme del tirón una botella de agua que congelé en la pensión y volver a ponme los votos, continué hacia Dubrovnik por una carretera muy divertida, llena de curvas y cuestas. En una de las curvas cuando faltaban 5 o 6km tuve que parar a hacer unas fotos ya que la panorámica del Steri Grad de Dubrovnik era increíble.

Llegué a Dubrovnik y me dirigí a la ciudad vieja, conocida por sus murallas, patrimonio de la Unesco, que fueron bombardeadas en la guerra, y famosas también por aparecer en â€oJuego de Tronosâ€? como la ciudad de â€oDesembarco del reyâ€?. Tras apanármelas para dejar la moto en un hueco que encontré, me adentré en la ciudad amurallada y bajé una callejuela estrecha y con tropecientos escalones. Pronto llegué al puerto donde disfruté con las vistas de las murallas, la ciudad y el agua, sorprendentemente transparente incluso en el puerto.

Paseé alrededor de hora y media por las callejuelas y murallas, achicharrado, ya que la temperatura superaba los 30ÂoC y además había muchísimo bochorno debido a la humedad.

Tras el paseo y las fotos pertinentes regresé al lugar donde había aparcado la moto junto a la muralla y monté rumbo a uno de los múltiples pasos fronterizos con Bosnia y Herzegovina.

Llegué a eso de los 15 o 20km y de nuevo el policía de turno no aceptó mi â€oCarta grisâ€? como válida, así que de nuevo tocó apoquinar 40€ por un seguro bosnio. Lo cierto es que me quejo pero me está bien empleado por no reclamar a mi aseguradora que me enviaran la original…

Tras los trámites, entré en Bosnia y pude contemplar el Dubrovnik desde el interior. La carretera subía y las vistas eran increíbles. Me chocó que no había literalmente nada por la carretera, ni casas, ni puestecitos de bebidas como en Albania, nada… Mi primera impresión de Bosnia y Herzegovina fue que era mucho más rural que los demás países, y ni siquiera se veía gente alrededor de las carreteras, sencillamente no había nada hasta llegar a las poblaciones.

Mi primera parada en Bosnia fue para repostar, había evitado hacerlo en Montenegro, donde los precios eran casi iguales a los espanoles, y tampoco en Croacia, donde eran superiores.

En Madrid me fue imposible cambiar marcos convertibles (La moneda bosnia), pero el policía del puesto fronterizo me tranquilizó diciéndome que aceptaban euros en prácticamente todos los sitios. Y así fue, porque reposté y pagué en euros sin ningún problema.

El hombre de la gasolinera me preguntó de dónde era y acto seguido me preguntó extranado por qué llevaba la moto sucia de barro. Mi respuesta: â€oAlbaniaâ€?.

Continué por una carretera bastante aceptable hasta Treblinje, que visité brevemente.

Tras partir, puse rumbo a Kravica, donde me habían recomendado visitar la versión bosnia de Plitvice Jezera croata. Cuando llegué encontré un gran parking de pago y curiosamente el encargado me indicó que tirara hacia abajo, me abrió una cadena y sin pensármelo dos veces bajé hasta casi el agua.

En la bajada había divisado una preciosa cascada enorme y gente banándose. Aparqué la moto prácticamente donde terminaba el camino y bajé para encontrarme con unas increíbles cascadas y piscinas naturales donde la gente disfrutaba plácidamente del agua. La verdad es que pese a estar bastante concurrido no estaba masificado. Por desgracia para mi no pude banarme, y es que aunque llevaba el banador también llevaba la bolsa sobredepósito con mi documentación, dinero y demás, y no me quise arriesgar a dejarla sin vigilancia.

Aunque era algo tarde, me senté en un chiringuito y pedí un â€ocevapiâ€? (Léase â€oshevapiâ€?), que había leído que era típico de Bosnia y Herzegovina y lo acompané con una gran cerveza local. El cevapi resultaron ser unas tiras de carne picada asadas a la brasa metidas en pan con tomate, cebolla y pepino, delicioso.

Me quedé un buen rato saboreando la comida y deleitándome con las impresionantes mujeres que había por ahí banándose, que a riesgo de repetirme, están todas tremendas…

Cuando me estaba entrando sueno y debía tomar la decisión de tumbarme a la sombra o marcharme, emprendí el camino a Međugorje, donde tenía visto un camping.

Međugorje es un pueblo bastante grande plagado de turistas, en su mayoría italianos, atraídos por una virgen que hay. Mis creencias (O mejor dicho, no creencias) me impidieron ir a visitar nada que tuviera que ver con la religión, y me concentré en buscar el camping. No hubo suerte, vi varios anunciados pero algunos eran sencillamente aparcamientos para autocaravanas. Al final hubo suerte y a la tercera o cuarta senal que seguí encontré uno.

El precio me impresionó, 4€ la noche, 1€ por la tienda y 3€ por cabeza, la moto no pagaba. Con derecho a internet, duchas y lavabos y electricidad. Nada mal.

Instalé la tienda y me acerqué a comprar una botella de litro y medio de agua helada, que terminé en cuestión de minutos, y es que la temperatura estaba en 34ÂoC… Me instalé en una mesa a la sombra y estuve â€ogorroneandoâ€? internet durante un buen rato, subiendo fotos a Facebook y escribiendo a la familia para contarles que seguía vivo.

Me dió la hora de cenar, así que recogí los trastos y monté para ir al pueblo a por algo de cenar. Tenía intención de cenar ahí pero el pueblo estaba masificado de italianos, por lo que cogí la comida y una cerveza bosnia y volví al camping, donde di cuenta de todo sentado sobre las maletas.

Me acosté pronto, pero lo cierto es que tardé horas en dormirme porque el calor era asfixiante. Creo que no me debí de dormir hasta pasada la 1 de la madrugada…

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21/08/2013: Montenegro

Hice el perro más de la cuenta, me levanté tarde y me duché. Necesitaba un descanso tras la agonía del día anterior por Albania.

A eso de las 11 salí del â€oSobeâ€? y me dirigí de nuevo al Stari Grad. Aunque lo había visto de noche no tenía fotos de día. Tras un paseo y comprar una cerveza montenegrina en un puestecito del mercado, pasé por el supermercado y compré algo para cocinar en la pensión, ventajas de tener cocina. Los precios en Montenegro son casi como los espanoles, tanto en los supermercados como en las gasolineras, no obstante más barato me salía si como Juan Palomo â€oYo me lo guiso, yo me lo comoâ€?.

Tras la comida me eché una buena siesta, la primera del viaje… Me desperté bastante descansado y decidí ir a Budva, una localidad muy cercana a Kotor, a unos 15km, lugar bastante turístico y de playa. El trayecto resultó muy agradable, sin maletas y a un buen ritmo por una carretera que, aunque con tráfico, tenía curvas amplias y rápidas.

Llegué a Budva y aparqué la moto junto a otra F800GS, de una pareja griega a la que la policía parecía estar pidiendo los papeles. A pie, me fui hacia la playa y el paseo marítimo, donde una vez más confirmé que las mujeres de los Balcanes son increíblemente guapas… Mirara donde mirara había alguna â€oBarbieâ€? o supermodelo, es impresionante…

Tras el paseo, un helado y algunas fotos, regresé al â€oSobeâ€?, esta vez con bastante tráfico y sin poder divertirme por las curvas.

De nuevo, pasé por el supermercado y compré la que iba a ser mi cena y aproveché para comprar también el desayuno de la manana siguiente.

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20/08/2013: Albania y Montenegro

Aproveché que me había levantado temprano para poner mi ropa en la lavadora. Tras sacarla usé una bolsa de tela de lavandería (Cortesía del Sheraton de El Cairo) y colqué mis prendas dobladas en dentro y la puse sobre el topcase con una red. El invento funcionó bien porque por la noche toda la ropa estaba prácticamete seca y no demasiado arrugada.

Dejé Pristina a eso de las 9 de la manana y puse rumbo a Montenegro. Durante el camino, en un par de ocasiones vi una senal que indicaba â€oDoganaâ€?, me sonaba de algo pero no recordaba de qué, pronto caí cuando vi que la Dogana era la aduana. Entraba de nuevo en Albania.

De la vez anterior me había sobrado el equivalente a unos 20€ en moneda albanesa que no había podido cambiar, así que pensé â€oGenial, así los gastoâ€?. Paré a repostar y pregunté al hombre de la gasolinera si debía tomar una autovía bastante moderna que vi o la carretera. Me indicó que tomara la carretera, y tonto de mi le hice caso… Resultó ser una carretera alucinante, con unas curvas de infarto, ausentes de quitamiedos y sin nada de tráfico, me lo pasé francamente bien pero eso fue los primeros 90km. Luego me di cuenta de que de las tres rutas que podía haber tomado para ir de Kosovo a Montenegro esa era la más larga y lenta de todas.

Como digo, primeramente me divertí de lo lindo, en 2Âa y 3Âa todo el rato, oyendo la moto roncar en las subidas y petardear en las cuestas abajo, pero ya estaba metido de tal manera que era inviable dar la vuelta y sólo me quedaba seguir… Como en toda Albania, viajaba sin mapas y veía que yo iba haciendo km y km y la distancia en línea recta con mi destino era la misma. Si miráis el track entenderéis por qué…

Atravesé no sé cuantas montanas, se me hizo interminable, estaba tan obsesionado con terminar el camino que sólo paré a beber en un par de ocasiones, me dolía el culo, no había ni comido ni desayunado y no tenía ni hambre, sólo pensaba en salir de ahí. Afortunadamente en el norte del país las carreteras no están tan hechas polvo como en el sur, y quitando un tubo del agua empotrado en el asfalto del que no habían cubierto la zanja que me acompanó durante km, no había color con lo que había visto yendo a Tirana dos días antes.

Cuando ya me quedaban sólo 60km hasta la frontera el paisaje cambió, de una zona montanosa llena de helechos pasé a una zona bastante más llana con un gran lago, más calor y muchísimas menos curvas. A 15km de la frontera con Montenegro vi un rebano de ovejas cruzando la carretera, aflojé todo lo que pude y me confié puesto que todas habían cruzado. Pero la última de ellas decidió cambiar de sentido y volver de nuevo al asfalto, con tan mala suerte de que irremediablemente la atropellé. Temí irme al suelo pero por suerte el ABS actuó y cuando la pillé prácticamente estaba parado, la oveja se llevó un golpe en el muslo y yo me libré de irme al suelo, cosa que ya era bastante dada la pina que me podría haber pegado…

Tras el susto continué y a los escasos 15 minutos estaba en la frontera con Montenegro. Nuevamente tuve problemas por la maldita carta verde que no era verde. Me tocó contratar un seguro que por suerte costó 10€ y pasé sin más problemas que unas rachas huracanadas que se levantaron de pronto y que se llevaban todo el polvo y las hojas que había en el suelo. Bastante incómodo por tener que llevar la visera cerrada con el calor y por ir de lado debido al viento, tomé rumbo a Kotor saltándome Podgorica, la capital, puesto que consideré que no tenía nada que valiera la pena ver. En Kotor tenía reserva en Skaljari en una pensión.

Cuando me quedaban 10km en linea recta a Kotor empezó una de las carreteras más alucinantes que he hecho en mi vida. Una sucesión de más de 30 horquillas de 180Âo con unas vistas de quitar el hipo. Visto desde arriba, Kotor me recordó a uno de tantos fiordos noruegos donde hasta los barcos de crucero entran en esa enorme lengua de mar que se mete en el valle. Aunque la carretera era increíble (Me río yo del Stelvio!) me la tomé con calma puesto que en la mayoría de las curvas no había ni vallas ni muro y además paré en diversas ocasiones a hacer fotos.

Tras bajar las innumerables curvas llegué a un túnel de más de 1.5km asquerosamente lleno de humo y al salir me encontré en Skaljari. Me costó encontrar la maldita pensión ya que no hay nombres de calle sino sencillamente números de casa… La pensión consistía en una casa antigua en la que su duena, bastante mayor y con un inglés más que aceptable, había convertido cada habitación en casa de huéspedes, o como le llaman ahí â€oSobaâ€? o â€oSobeâ€?. Me vino de perlas porque además había cocina, así que me iba a ahorrar algo de dinero yendo a comprar al supermercado y pudiendo cocinar.

Tras dejar la moto en la puerta y quitarle las maletas, bajé a pie hasta Kotor, visité de noche la ciudad antigua (Steri Grad) y el puerto.

Montenegro no tiene nada que ver con Albania, aquí se ven coches de todo tipo, y aunque quedan algunos â€oYugoâ€? con más anos que el sol, hay coches modernos y motos grandes, la gente usa el casco… Aunque curiosamente sólo es obligatorio para el piloto, no para el pasajero, y en ocasiones ves al padre, al nino y la madre en la misma moto.

Frente a la puerta del Stari Grad pude ver muchas motos trail, casi todas italianas, cosa comprensible ya que les queda bastante cerca. Aunque la ciudad me encanta, reconozco que ver tanto â€oeuropeoâ€? me supone un handicap.

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19/08/2013: Macedonia y Kosovo

Por la manana temprano partí hacia Skopje, la capital macedonia, que aunque no tenía interés especial en ver, consideré importante por ser la capital.

Había parado previamente a comprar el desayuno en un supermercado y a repostar, y el repostaje fueron 1000 dinares macedonios y sólo me quedaban 800. Se lo dije al gasolinero, que a reganadientes aceptó los euros que le di y me devolvió algo de cambio en dinares.

Tras entrar en una autovía y circular un buen rato me sorprendí al encontrar una senal de peaje sin previo aviso. Ahora sí que la había hecho buena… Sin dinares y atrapado en un peaje. Entonces vi que el carril de los camiones era más ancho y que la barrera no lo cerraba por completo y pensé â€oQué narices, ya se han cobrado los 50€ del seguro, que le denâ€?. Y me salté el peaje. Así en 4 ocasiones hasta llegar a Skopje.

Qué gran error… Lo único que conseguí fue pasar un calor horrible, acabar estresado y ver una ciudad sucia y con unos suburbios bastante deprimentes.

Tras gustosamente dejar atrás la capital puse rumbo a Kosovo, que se encuentra relativamente cerca.

Aquí sí sabía de antemano que mi seguro no cubría, así que me adelanté y lo contraté por 15€ 15 días. Pasé la frontera asqueado con el calor y deseando llegar al otro lado para comprar agua fresca, ya que no podía hacerlo antes al no tener dinares macedonios.

En cuanto pasé la frontera me paré en un chiringuito y pedí tres botellas de agua (Sólo las tenían de medio litro) y pagué la friolera de 0.90€ por las tres… Tras dar cuenta de ellas (Qué fría estaba!) continué rumbo a Pristina, la capital.

Nada más entrar sentí que por ahí había pasado una guerra, no por ver disparos en las fachadas, que alguno había, sino por la cantidad de edificios abandonados y en ruinas que había. Tras unos angustiosos km, porque el calor apretaba fuerte y la carretera era horrible, llegué a Pristina. Digo que la carretera era mala porque el asfalto está muy ondulado de pasar camiones y hay como roderas, que son francamente incómodas y peligrosas para circular en moto. En Pristina el asfalto está tan sumamente pulido del tiempo que las ruedas chirrían como en las películas aunque los coches circulen a 20km/h.

Pristina se me apareció caótica y enorme. El tráfico era horrible, todo el mundo iba para todos lados y a lo loco. Vi bastantes coches con matrículas US ARMY o unas con la bandera europea que ponía LEX. También había bastantes Land Cruiser 105 y sobretodo, 4Runners de 3Âa Generación, está plagado, casi todos blancos, muchos con las letras de la KFOR.

Me sorprendió ver algunos coches muy muy grandes (Varios Hummer H2, Mustangs, etc.) con matrículas americanas la mayoría, supongo que son diplomáticos o soldados americanos.

Tras dar unas cuantas vueltas encontré el hostel que había reservado, está muy céntrico y bien situado, pero la calle estaba en obras y tuve que esquivar bastantes agujeros y una excavadora. Se llama Buffalo Backpackers. Aparqué en la puerta y me recibió Olivier, un francés afincado en Pristina que llevaba el hostel junto con el dueno kosovar. Tras indicarme cual era mi cama y demás me instalé y salí a pasear con las indicaciones que me dio. Visité el centro, bastante modernizado, vi el teatro, edificios gubernamentales y alguna mezquita. Si algo me llamó la atención de Kosovo son las mujeres… Hay muchísimas, el 52% de la población de Kosovo es menor de 25 anos, y en el caso de las mujeres casi todas son espectaculares… Tras las visitas me acerqué al supermercado y me quedé prendado con la cajera, cómo una sencilla cajera de supermercado puede tener esa belleza? De Kosovo también me agradaron los precios… En el supermercado era todo baratísimo, y la gasolina vale 1.20€/l, por lo que aproveché para llenar el depósito hasta las trancas. Además funcionan con euros, otra ventaja.

De vuelta en el hostel hice buenas migas con una pareja de australianos que llevaba ya un tiempo viajando por la zona (Su viaje iba a durar unos 4 meses), salimos a cenar a un restaurante típico cercano al hostel llamazo Te Nazi (No sé qué significa, nada tenía que ver con Hitler) y pedimos musaka (Que a diferencia de la griega no tenía berenjena) y dos kebabs, de nuevo tiras de carne asada, con ensalada y salsa de yogurt. Terminamos llenísimos y la hora de pagar tocó la friolera de 3€ por cabeza.

Tras la cena volvimos al hostel donde el dueno hizo hincapié en que nos juntáramos todos los que estábamos, éramos 17 personas entre un americano, varios ingleses, los australianos, unos franceses, un danés y yo.

Tras cerca de una hora decidí al igual que los australianos irme a descansar pues estaba rendido y tampoco me apetecía el rollito alcohólico-festivo de los allí presentes. El americano debió pensar lo mismo…

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18/08/2013: Grecia y Albania

Sobre las 4 de la manana avisaron de que llegaríamos´a Igoumenitsa a la hora prevista. Lo cierto es que se pasan con el preaviso, pero ya me había hecho a la idea y me había acostado a eso de las 9 de la noche.

Me tomé un capucchino enorme y en cuanto nos dejaron bajé a la bodega a recoger la moto. Tal y como había visto el día anterior, nos habían cerrado los coches y nos tocó esperar bastante rato hasta que pudimos salir. A todo esto, mi indicador de la reserva marcaba 10km restantes, pero había conseguido cruzar italia de Oeste a Este sin repostar.

Cuando logré bajar del barco paré a ponerme la chaqueta, el casco y los guantes y a marcar mi ruta en el GPS. Reposté unos 20€ ya que en teoría no debía necesitar más para llegar a Albania, donde el combustible es más barato.

Tomé rumbo a Ioanninna con el fresco, porque marcaba el termómetro 12ÂoC, algo que no esperaba en Grecia. Cuando salió el sol la temperatura eran unos muy agradables 24ÂoC.

Tras pasar por Ioanninna y encontrar todo cerrado (Además de ser muy temprano creí entender al hombre de la gasolinera que era festivo), seguí rumbo a Kakavia, donde cruzaría la frontera con Albania.

Tras un poco de cola, pasé la frontera sin más contratiempos que un muy agradable y joven policía que me preguntó qué hacía solo por esos lares y qué iba a visitar. Me insistió en que él me podía ayudar y de hecho no me dejó tranquilo hasta que me buscó en Facebook y me agregó. Lo cierto es que no tuve que recurrir a él pero fue muy amable. Y tan azorado estaba con la atención recibida que olvidé preguntarle dónde cambiar moneda, ya que me fue imposible conseguir leks en Espana, o por lo menos a tiempo…

Así que ni corto ni perezoso, me paré en medio de una carretera donde dos policías tenían montado un control y les pregunté. Uno de ellos entendía poco y el otro nada, así que llamaron por radio a otro que sí hablaba inglés. Apareció y me conminó a dejar ahí la moto (Ordenó a los otros dos que la cuidaran) y me llevó a un restaurante cercano donde en una mesa se hallaba otro policía sentado tomando algo. Me hicieron sentar y me preguntaron si quería tomar algo, yo, que sólo quería cambiar la moneda y seguir camino, estaba un poco incómodo con la situación… Tras un interrogatorio donde me preguntaron de dónde era, qué hacía ahí, mi edad, si estaba casado y por supuesto si era del BarA§a o del Madrid, apareció la duena del restaurante con mi dinero. Temí que me la hubieran jugado con el cambio pero tras comprobarlo era bastante correcto.

Mi impresión tras esos primeros km en Albania era la de un país que estaba a medias… Las casas estaban a medio hacer, muchas de ellas estaban con el forjado a la vista o sólo tenían la estructura de hormigón y vivían en el primer piso. Las carreteras no estaban mal, o eso creía yo…

Una cosa que me sorprendió desde el primer momento fue que había sitios de lavado de coches por todas partes, â€oLavazhâ€? o â€oLavazhoâ€?. Parece que cualquiera con una manguera se dedica a lavar coches. Recordé que en algunos países por ley hay que llevar el coche limpio (Creo que era en Irán) y me pregunté si sería por ese motivo. Otra cosa que abunda (Hay uno cada 50m) son los talleres de neumáticos â€oGomisteriâ€?, y los talleres mecánicos â€oAuto Servisâ€?. Tras unos 50km más o menos tranquilo, aunque ya habiendo visto cómo conducen en Albania, de pronto frenaron en seco todos los coches. Pensé que había pasado algo y entonces vi que de pronto y sin indicación alguna el asfalto se terminaba y daba paso a una pista de grava, pedruscos y sobretodo, unos charcos descomunales…

Yo, que ya me había hecho a la idea de que para no morir ahí debía adelantarme a las pirulas que hacen, ni corto ni perezoso me puse a adelantar a todo el mundo. Y es que para eso tengo una GS no? Acabé bastante lleno de barro de rodillas para abajo, pero me ventilé una cola de más de 20 coches en cuestión de minutos. La pista continuó durante muchos km en los que continuamente adelantaba a coches y camiones. Me acordé de MrHicks46 cantando â€oCarreteras albanesasâ€? jejeje.

Tras el estupor inicial seguí con rumbo a Tirana, llegando a pensar por momentos que me había perdido puesto que la carretera por la que circulaba (En teoría una nacional) no aparecía en mi GPS y durante espacio de muchos km circulé sin cruzarme con nadie. No lograba comprender cómo una carretera que comunica la capital del país con Grecia podía estar así. No había visto nada todavía!

Tras acercarme a una ciudad más importante llamada GjirokastA«r empecé a ver más tráfico, asfalto otra vez y un montón de comitivas de bodas… Parece que lo normal en Albania es casarse los domingos, y debe de ser que el 18 de agosto más, porque debí de ver cerca de 100 comitivas que consisten en filas de 5 o 6 coches adornados con lazos y cintas rojas circulando extremadamente despacio y donde la gente va pitando y sacando medio cuerpo por la ventanilla. Me llamó la atención también que algunos de los coches llevaban las matrículas tapadas.

Hasta el momento la temperatura se había mantenido alrededor de los 25ÂoC, cosa que había agradecido, pero cuando estaba a unos 100km de Tirana empezó a subir. Cuando me quedaban unos 60km la carretera se convirtió en una vía de dos carriles donde se circula muy rápido pero la gente hace literalmente lo que le sale de las bolas… Pararse en mitad de la vía para girar atravesando el sentido contrario, circular muy despacio, pararse a comprar algo… Son algunos de los ejemplos.

La verdad es que terminé un tanto estresado ya que en varias ocasiones estuve a punto de pegármela cuando el coche de delante decidió parar el seco por haber un pequeno agujero en medio de la carretera o para girar cruzando el sentido contrario (Frenando a ambos carriles contrarios, por supuesto).

Por fin llegué a Tirana y aparqué en el centro (Queter) para comer algo. Comí una especie de pita y me bebí dos botellas de agua por el equivalente a menos de 2€.

Tras un pequeno paseo y las fotos de rigor decidí irme de ahí, y es que yo no soy de ciudades grandes y menos si son balcánicas jejeje

Mi siguiente destino era el lago Ohrid, que hace frontera con Macedonia, tenía visto un camping a pocos km de la frontera, ya en Macedonia. De Tirana fui hacia Elbasan y luego hacia la frontera, que resultó estar en todo lo alto de un puerto de montana con una subida bastante interesante. Es una pena que las carreteras estén con el asfalto tan mal, porque los trazados en muchas ocasiones son la bomba.

Cuando llegué a la frontera con Macedonia tuve el primer problema… Mi aseguradora me envió la carta verde por correo electrónico, y yo que tengo una láser en B/N la imprimí sin colores. No hubo manera, el policía se obcecó en que era una fotocopia y quería el original, me echó de manera bastante violenta diciendo â€oFotocopy, fotocopyâ€? y más cosas que no entendí. Logré que me devolviera el pasaporte y dejé la moto en la â€otierra de nadieâ€? para acercarme a una oficinucha de una aseguradora. Me sacudieron 50€ por un seguro de 2 semanas, yo que iba a estar dos días…

Cuando volví con el maldito papel (Y el bolsillo más ligero) el policía sonreía de oreja a oreja. Le menté a su madre sonriendo también y me selló el pasaporte satisfecho.

El camping se encontraba en la localidad de KaliA!ta, a 3km de una más grande llamada Struga. Tardé unos 10 minutos en llegar gracias a las coordenadas que tenían en su web. El camping (Llamado camping Rino) resultó ser una parcelita en la orilla del lago Ohrid, con un solo cuarto de bano (Ducha y WC todo junto) pero con un joven dueno que hablaba muy bien el inglés y cocinaba aún mejor. Me comentó que habían abierto hacia poco y que dada la afluencia de público iban a construir nuevas instalaciones para el ano que viene.

Cené ahí mismo, pedí kebab (Que es bastante típico por esa zona dada la influencia otomana) y resultó ser distinto a lo que esperaba. El plato consitía en unas tiras de cerdo con forma de dedo asadas a la parrilla, con unas bolas de cous-cous, ensalada y patatas fritas. Estaba buenísimo y cuando se lo dije al chico me dijo orgulloso que había estudiado cocina durante un ano.

Tras la cena los vecinos del camping, un matrimonio polaco y sus dos hijas, me invitaron a compartir con ellos la sobremesa. Resultaron ser muy agradables y aunque tenía que hablar con la hija mayor, que era la que hacía de intérprete, me lo pasé bien. Tomamos varios chupitos de un licor de cítricos casero que el cabeza de familia elaboraba.

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17/08/2013: Salida hacia Grecia

A las 9 en punto tras conectarme durante 5 minutos a internet para avisar a mis padres y parienta de que estaba vivo y el barco no se había hundido, salí hacia Ancona. En teoría debía tardar relativamente poco en llegar puesto que sólo eran 195km, finalmente tardé más de lo previsto, de nuevo debido al estado de las carreteras… Cuando debían quedar 70 u 80km ya pude tomar la autovía y tirar sin problemas. Hasta entonces la temperatura me había respetado, pero llegando a Ancona ya podía sentir el calor que empezaba a hacer…

Pasé por la oficina de Anek Superfast Ferries, la companía que me llevaría hasta Igoumenitsa y saqué la tarjeta de embarque. Me acerqué a la cola del ferry y me puse delante, pensando que, al igual que en el otro ferry, nos dejarían embarcar primero. No fue así, nos echaron (Y luego pude ver repetirse la escena) a todas las motos, eso si, mandándonos a la sombra. Y no fue hasta que habían embarcado casi todos los coches cuando nos dejaron salir. Bueno, todos los coches que iban a Patras, otro destino griego más lejano.

Tras embarcar nos empezaron a cerrar la salida los coches, lo cual nos supuso tener que esperar un buen rato para desembarcar a la llegada…

Para este ferry también cogí camarote compartido, y es que no logro dormir si no es tumbado… Y resultó no ser un camarote de 4 personas como los del ferry de Grimaldi, sino que eran unas habitaciones abiertas con 6 literas cada una. Lo cierto es que estaba todo muy nuevo y el sistema es menos angustioso que el camarote, donde te ves un tanto cortado a la hora de entrar y demás.

En este ferry degusté una riquísima ensalada griega con queso feta y unas aceitunas negras alargadas buenísimas. También una carne cortada muy fina estilo kebab con salsa de yogurt.

Me acosté pronto puesto que llegaríamos a nuestro destino a las 5:30.

Por cierto, no dije que con las prisas de llegar a Ancona no reposté… Embarqué en Ancona con la reserva marcando 15km y rezando por que hubiera una gasolinera en el puerto al llegar a Grecia…

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16/08/2013: Llegada a Italia

Me desperté con el aviso por megafonía de que estábamos llegando a Porto Torres (Cerdena). El barco a Civitavecchia hace escala en Cerdena y luego prosigue hacia Roma. Subí a cubierta para ver lo poco que se podía ver de Porto Torres desde ahí, me sorprendió la cantidad de depósitos de combustible, grúas y demás que había en el puerto, imagino que debe ser lugar habitual de escala de muchos cargueros.

A la hora prevista (18:30) llegamos a Civitavecchia, estaba ansioso por desembarcar y tirar hacia el camping que tenía visto a medio camino entre Civitavecchia y Ancona (Donde debía coger el otro barco hacia Grecia). Busqué un camping a medio camino porque sino iba a llegar a las tantas… E hice bien porque el camino resultó ser una agonía, con unas carreteras la mar de estrechas y reviradas… En otras circunstancias me hubiera divertido pero lo cierto es que entre el lamentable estado del asfalto, la cantidad de coches y lo mal que conducen por ahí acabé bastante estresado.

Finalmente llegué a la orilla del lago Piediluco, donde acampé ya de noche.

Cené una pizza en un chiringuito cercano y me acosté. La pizza estaba muy buena pero como todo en Italia resultó ser bastante cara.

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15/08/2013: Embarco en Barcelona

Pasé el día con mis padres donde me deleité con una de las riquísimas paellas de mi madre.

A eso de las 20h salí de su casa rumbo al puerto de Barcelona donde debía embarcar, no sin antes llenar a tope el depósito puesto que en Italia la gasolina está a casi 1.80€/l. Tras pedir las tarjetas de embarque (Había bastante cola) embargué y me dirigí al camarote a dejar los pocos trastos que me subí. Poco más que resenar… El barco salió a la hora prevista, cené algo que me había llevaro de casa (Los precios abordo son bastante elevados) y al rato me fui a dormir.

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14/08/2013: Primer día de viaje

Sobre las 15h salí de San Lorenzo de El Escorial rumbo a Cervelló (Barcelona), donde viven mis padres. Llegué sin más contratiempos y con una temperatura aceptable a excepción del corredor del Henares, donde llegué a rozar los 38ÂoC.

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